11.08.20 Elena Cont

 Esta pandemia me obligó a sentarme con mis demonios, ayer por la noche sentí tanto miedo de perder lo que creo que es mío, a mis padres. Ahora me parece que amar es una arma de dos filos puedes hacerlo con el corazón pero también puede significar morir.

Hoy hablo conmigo misma intento tranquilizarme pero no lo logro. Tal vez hacer quehacer me permita despejar la cabeza y el corazón, ya no pensaré en eso –me digo una y otra vez-. Mejor seguiré mi agenda para no dejar espacio para pensar: tengo una clase, tengo tarea, tengo trabajo virtual y un curso que no he iniciado, tal vez si me baño se me pase, haré la comida… Sí, mejor me concentraré en ver qué comeré, cómo mantendré mi peso ahora que no hago mis entrenamientos como siempre. 

Siento culpa, creo que estoy engordando, tal vez no tengo la suficiente fuerza de voluntad para estar sana. Ahora recuerdo que el covid impacta de peores maneras a los gordos. Trato de no pensar en eso.

No pienses, no pienses, no pienses, me digo en repetidas ocasiones y en diferentes momentos. Le escribo a mi amigo, muy en el fondo lo hago para saber si soy la única que está perdiendo la cordura o hay más como yo. No, hay más como yo; me doy cuenta que aunque deje de pensar no pasa del todo porque lo vivo en mi cuerpo, se contrae, sabe que algo no está bien, no es natural. Ahora pienso dónde es más peligroso afuera o aquí adentro, en casa.

Hago un acto de evaluación de vida, creo que estos miedos no son recién nacidos, creo que son bastante añejos pero no los había encarado porque siempre tuve en qué llenar el tiempo, me estoy sintiendo humana, vivencio la incertidumbre, no pasa, no pasará, no tiene por qué pasar todo y rápido, algo deberé aprender de esto, algo deberé de incorporar. Me siento, escucho al miedo, perder es una posibilidad, una posibilidad devastadora, es el tic tac de la vida, me recuerda que tengo vida y somos seres temporales, en algún momento esto terminará. Hoy necesito vivir la incertidumbre, resuena en mí, me dejo llenar y termino en llanto.

Elena Cont